DESCRIPCION
La Finca del Carpintero fue construida por un carpintero suizo y basó la construcción en el principio de las tres P: Planificación, Precisión, Perfección. Ernst, el carpintero, se tomó muy en serio el trabajo de construir su casa en Cataluña. Trajo la madera de su país, roble, cedro y pino prensado, y se dispuso a construir la casa de sus sueños. La sala de estar de planta abierta de 40m2 cuenta con paneles de precisión en el techo, suelos de roble, dinteles decorativos en las ventanas, cocina a medida de construcción nueva, armarios empotrados y, lo que más importante, una casa herméticamente sellada y aislada. Puede que la temperatura exterior sea de 30 grados, pero en el interior la temperatura es 10 grados inferior. Las ventanas tienen una cámara especial de 100 mm, lo que significa que las propiedades térmicas de la casa son impresionantes, mientras que las propias ventanas combinan madera y aluminio en el marco. Y en cuanto a la calefacción, hay una estufa de leña muy eficiente que mantiene la casa caliente durante los fríos meses de inverno. En total, la propiedad tiene 150 mt2 de espacio interior, una terraza cubierta con barbacoa y horno de pizza y vistas impresionantes al mar.
Seguimos con los dormitorios. El dormitorio principal tiene un baño en suite totalmente reformado, y los otros dos comparten un segundo baño doble. La capacidad para dormir de la casa es de 8 personas. Y aunque este interior de bella factura se ejecutó con una precisión suiza similar a la de un Rolex, cabe preguntarse dónde almacenó y trabajó Ernst la madera. Sabíamos que eran las dos preguntas que tenía en la punta de la lengua, y ambas tienen una respuesta interesante. El carpintero construyó dos enormes talleres a escala industrial. Uno compone una nave de 123 m2 y el otro es un taller de 76 m2 equipado con todas las sierras y lijadoras con las que cualquier persona amante de la madera podría soñar. Los dos almacenes son espectaculares, hechos con enormes vigas de pino, puertas que cuelgan de guías metálicas que ruedan sin esfuerzo hacia atrás para abrirse al paraíso de los carpinteros.
Aquí uno siente que está en el campo, rodeado de jardines bien cuidados pero a la vez, hay un toque industrial y organizado que encaja perfectamente en este entorno rural. Y esta propiedad ofrece mucho más cosas, tal como un garaje muy grande de 76m2 con baño, ideal para aparcar furgonetas, coches y jeeps. Luego, a medida que avanzamos hacia la zona de la piscina, pasamos al lado del cobertizo para almacenar la leña, antes de llegar a una amplia terraza hecha con piedra de Ulldecona, una piscina de 6x3,5 m y un precioso chalet anexo, hecho a medida perfecto para una barbacoa, comer y relajarse. Hay también un huerto y un gallinero ambos hechos con detalle.
Alrededor de la casa tenemos 1,5 hectáreas de finca completamente cerrada con una valla galvanizada de 1,6 metros de altura. La propiedad está conectada a la red eléctrica, aunque también dispone de un generador de reserva. Y en cuanto a la importantísima consideración del agua en el campo, la finca cuenta con 110.000 litros de almacenamiento de agua en tres cisternas separadas para beneficiarse de las fuertes lluvias cuando llueve en Cataluña. Esta es realmente la historia de la lluvia en esta zona. O llueve mucho o no llueve nada.
Entonces, ¿quién es el candidato ideal para esta finca? Creemos que existen varias posibilidades. Tal vez alguien que lleva un negocio, y tiene ganas de vivir en el campo, con el espacio de almacenamiento y talleres necesario para ejecutar su negocio en el entorno tranquilo del campo. O una persona interesada en la idea de reformar un poco la finca existente y convertir los almacenes en un alojamiento espectacular para la familia y amigos o incluso un centro para actividades como yoga o retiros. Pero, sea cual sea el motivo, esta finca construida por el carpintero suizo con las tres P merece una visita.
