DESCRIPCION
Ofrecemos la compra de la primera finca que ha recibido el premio Letonia de Arquitectura de Madera del Año, que combina las tradiciones letonas con soluciones modernas. La propiedad fue construida en el territorio del Parque Nacional de Gauja sobre los cimientos de una antigua finca, sus edificios han sido construidos utilizando técnicas tradicionales y haciendo el máximo uso de materiales naturales. Las fincas son como verdaderas casas de campo, construidas según las tradiciones de la zona, pertenecen naturalmente al entorno y no destacan por su apariencia especial. Las dependencias de la finca - una casa de huéspedes, un estudio o taller, una sauna y un garaje - se construyeron conservando los cobertizos grises que son muy característicos del campo letón, pero la casa residencial está hecha de ladrillo rojo, que en esencia también conserva la tradición - construir el edificio central de piedra. En el interior se utilizan colores neutros - blanco, negro, gris, beige - así como acentos interesantes en violeta, verde, azul y otros colores. Las habitaciones interiores están diseñadas en un estilo lacónico, completándolas con varios elementos y objetos de interior. La espaciosa casa residencial de 290 m2 cuenta con cuatro dormitorios, 3 baños, cocina, comedor, salón, terraza y buhardilla amueblada. El estudio o taller cuenta con un amplio recibidor, cocina y baño, mientras que la casa de invitados contigua cuenta con 2 dormitorios con baños separados, una cocina de verano con estufa de exterior, chimenea, buhardilla amueblada, garaje para bicicletas y sala técnica. La sauna y el garaje apto para 2 coches están conectados por una terraza, pero funcionalmente siguen siendo dos estancias separadas. La sauna está diseñada con una auténtica chimenea de leña, un cómodo vestíbulo de sauna, una ducha exterior e interior. Este es un lugar para vivir como en un cuento de hadas, donde vivir en armonía con uno mismo y con la naturaleza, donde recuperarse después de un duro día de trabajo y permitirse el lujo de relajarse en vacaciones, pero al mismo tiempo estar a un paso de la ciudad.