DESCRIPCION
A 8km de Ronda, entre campos de labor y Olivares del valle del río Guadalcobacín, nos encontramos con un Cortijo con solera, con historia, el llamado Cortijo de La Vizcondesa, su nombre deriva de los antiguos propietarios, los vizcondes de Torres de Luzón, título concedido por Carlos II en el año 1674 a don Juan Bernardino de Ahumada y Céspedes.
El Cortijo, ubicado en una parcela de casi 62hª, con 46Hª de labor y el resto de Olivares, y con la posibilidad de venta por separado, se encuentra en perfecto funcionamiento. Dispone de una tierra de muy buena calidad para la labor, con un manto vegetal de más de 2m de grosor, con mucha agua y sistemas de drenajes, linda al sur con el río Guadalcobacín.
El Cortijo, en sí, se compone de Casa principal y casa de caseros, Capilla, una emblemática Torre con campanario y mirador con vistas a la serranía de Ronda, cobertizo para ganado, dos cuartos de aperos y jardín con piscina.
La entrada al cortijo va precedida de una amplia explanada, en parte empedrada y en parte no, que da paso a través de una sencilla entrada, flanqueada por dos pilares, a un patio central con un estanque redondo, macetas y palmeras. Al fondo del patio divisamos la edificación, constituida por una torre de apariencia maciza y sólida rematada por un mirador con una galería de arquillos de medio punto rebajados, donde se aloja una campana.
Adosada a la torre una casona, vivienda de los propietarios con dos plantas, en la planta principal, salón con chimenea, comedor, dormitorio, salita de estar, cocina y cuarto de baño, En la planta de arriba 7 dormitorios y un cuarto de baño. A la espalda de este edificio tenemos unas cuadras y algunas dependencias de labor. En ele con esta edificación otra de forma rectangular y en una sola planta, vivienda de caseros, con dos dormitorios, salón-estar con chimenea, cocina y cuarto de baño.
El aspecto cerrado de las edificaciones de este cortijo, así como la Torre con sus galerías inducen a pensar que el cuerpo original de la edificación se construyó sobre finales del s. XVII o principios de s. XVIII, sobre el cual se realizaron posteriores ampliaciones y reformas a lo largo de los años.
Este cortijo se encuentra en perfecto funcionamiento con sus tierras de labor y Olivares siendo ideal también para la explotación lúdica.