DESCRIPCION
Este monumento histórico, construido a finales del siglo XIX, lleva con nobleza los signos de una época en la que Bucarest floreció y comenzó su modernización urbana, siendo apodado "Pequeño París". En ese momento, el modelo francés se consagró como el principal hito de la arquitectura, pero también de la ropa, los gestos y los accesorios del día a día. La lengua francesa se convirtió en el emblema de la alta sociedad culta, y los viajeros extranjeros quedaron gratamente impresionados por una Bucarest que se fue separando poco a poco de Oriente y los Balcanes, para conectarse con Europa a través del modelo cultural francés. Las influencias francesas se pueden encontrar en el estilo arquitectónico de la casa del comerciante Dimitrie Petrescu, construida en la intersección de la calle Berzei con Calea Griviței, dos avenidas que albergan una parte importante de la historia de Bucarest. En el exterior, el edificio conserva intactos todos los elementos arquitectónicos, llamando la atención por la elegancia y los elementos decorativos aplicados en los frontones de las ventanas. En el interior, los altos salones con techos espectacularmente decorados con rosetas, frisos y cornisas con motivos florales, traen la nostalgia de una velada musical con invitados de la alta vida de la capital. La propiedad cuenta con un proyecto arquitectónico para la restauración de la fachada, interiorismo y para la transformación de la buhardilla en buhardilla. Después de todas estas obras, puede recuperar su nobleza de hace cien años y volver a convertirse en un verdadero hito de Bucarest. Foto: Gabriel Ghizdavu